Los
principios de funcionamiento de un puente atirantado son relativamente sencillos.
La implementación de estos principios en el diseño y en la construcción constituye
el problema más importante. El soporte físico de un puente atirantado está
provisto por las torres de sustentación, que son similares aquellas presentes
en puentes colgantes. Apoyados y anclados en diversos niveles de cada una de
las torres de sustentación, y ubicados de una manera simétrica con relación al
eje de la vía, se suspenden un sinnúmero de cables principales, que servirán de
soporte para los elementos estructurales restantes.
En principio, la utilización de cables como los elementos
estructurales más importantes de un puente tiene por
objetivo el aprovechar la gran capacidad resistente del
acero cuando está sometido a tracción.
El soporte físico de un puente colgante está provisto por
dos torres de sustentación, separadas entre sí. Las torres
de sustentación son las responsables de transmitir las
cargas al suelo de fundación.
Las torres de sustentación pueden tener una gran
diversidad de geometrías y materiales de construcción (la
cimentación de las torres de sustentación generalmente
es construida en hormigón armado por su permanente
contacto con el agua y la tierra, aunque la superestructura
puede ser de acero, hormigón armado e inclusive de
madera), pero generalmente presentan como característica típica una rigidez importante en la dirección transversal
del puente y muy poca rigidez en la dirección longitudinal.
Este se constituirá en un factor importante para la
estructuración de todo el puente colgante.
Apoyados y anclados en la parte superior de las torres de
sustentación, y ubicados de una manera simétrica con relación al eje de la vía, se suspenden los cables principales
de la estructura (generalmente un cable a cada lado de
la torre).
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